Imagina un lugar acogedor en el que poder compartirte sin miedo. Un espacio abierto a las diferencias y cerrado a los juicios y prejuicios. Ahora imagina que en ese lugar se reúnen en círculo un montón de mujeres distintas pero iguales en esencia. Eso es un círculo de mujeres.
Es un lugar de encuentro. Un espacio sagrado y seguro donde poder mirar hacia dentro, escuchar y escucharse en lo profundo. Es una invitación a la autoexploración, la reflexión y el crecimiento. Es acompañamiento. Es sostén. Es tribu.
Un círculo de mujeres es, además, un espejo donde mirarse a través de las experiencias de otras mujeres. Y también una ventana a la que asomarse y poder contemplar otros paisajes femeninos.
Es también un proceso de conexión con el cuerpo, con la energía vital que habita en cada una de nosotras, con la sensualidad, con el placer, con el juego, con lo emocional y con lo espiritual. Es un camino de transformación y cambio.
Un círculo de sanación, con un origen y una historia
Fue en círculo como se reunieron nuestros ancestros alrededor del fuego y la comida. En círculo se contaban historias mirándose a los ojos. En ellos no había jerarquía. Todas y todos eran iguales. De ahí nace la idea de los círculos de mujeres como lugar de reunión, donde se genera una energía sanadora para ellas.
Además, el círculo, como símbolo, está muy presente en lo femenino: el vientre circular que acoge y gesta la vida, los ciclos menstruales y las mujeres que, en la antigüedad, se reunían en círculo para recibir la energía de la luna llena.
También el círculo forma parte de la naturaleza cíclica: las estaciones que se repiten sin principio ni fin, el día y la noche, el nacimiento y la muerte.
Círculo de mujeres. El símbolo de la perfección
El círculo entendido como la perfección y la armonía de lo simple, es tan antiguo como las mujeres que nos preceden y conforman de alguna manera.
Es por eso que reunirse en círculo, en perfecta simetría, mirándose a los ojos y al alma, con una mirada limpia de juicios, alrededor de un objetivo común, mirar adentro para despertar a la vida que soñamos, puede ser muy nutritivo y sanador.
Y caminar ese círculo, de la mano de otras mujeres, para ir a los orígenes de nuestras heridas y sanarlas.
Mirarnos con amor, abrazar nuestras partes negadas, atender nuestras necesidades, conectar con nuestra sabiduría y despertar nuestra energía vital. Colocarnos en el centro mismo de ese círculo para abrirnos a la vida que deseamos.
El objetivo del círculo de mujeres
Los objetivos del círculo de mujeres pueden ser tantos y tan variados como las mujeres que los forman.
Se podría decir que todos parten de un objetivo común: crear un lugar y un espacio de encuentro, de reunión, de comunicación y escucha profundas. Con una atmósfera que favorezca la introspección y la conexión con una misma y con las demás mujeres.
Cada círculo de mujeres es distinto porque distinta es la energía que se crea entre ellas. De la misma manera que distintos son sus momentos vitales.
Como facilitadora, me dejo llevar por las necesidades profundas del grupo y desde ahí propongo las diferentes dinámicas que les ayudarán en su desarrollo y crecimiento personal.
¿Qué se requiere para hacer un círculo de mujeres?
Para participar en un círculo de mujeres se requieren muchas ganas de querer ahondar en una misma. Valor para mirarse con honestidad. Y mucho amor propio para autocuidarse.
Un encuentro femenino, un círculo de energía positiva.
Los círculos de mujeres no son una forma de psicoterapia, aunque a veces se den procesos de sanación en ellos.
Son encuentros donde todas tienen voz y merecen ser escuchadas con respeto. La energía positiva que se genera en estas reuniones favorece la apertura sin máscaras, haciendo de este espacio un lugar seguro y confiable.
Mis círculos de mujeres en Barcelona
En mis retiros de autoconocimiento están incluidos los círculos de mujeres como parte del programa. Si quieres participar en uno de ellos, envíame este formulario para que te pueda avisar del próximo encuentro.
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